U n generoso amigo, Antonio Fraguas, Forges, lleva poniendo esta frase en sus viñetas y colaboraciones hace ya más de un año. Catorce meses, lo que hemos tardado en conseguir presentar este proyecto literario, El poder de la Palabra, aunando las voces de escritores que ponen sus letras al servicio de la infancia, de los niños que lo perdieron todo en el terremoto, y posterior epidemia de cólera, de Haití. En estos días, con la tragedia de Japón todavía en las pantallas de nuestros televisores, nos siguen doliendo los niños, aún menos afortunados, de Haití. El país más pobre del hemisferio occidental. Según el informe de UNICEF, más de un millón de personas siguen desplazadas, hacinadas en campamentos en los que las condiciones de vida, cobijo y servicios apenas son suficientes para que los niños y niñas se mantengan sanos, dispongan de acceso a agua potable, saneamiento e higiene, o gocen de su derecho a la educación y a ser protegidos. La organización...