NO LA SAL,EXACTAMENTE

Dijeron que era la sal. El sol de los manjares, la gracia de la mesa. El paladar encontrado del Edén. Luego supimos que era el Pan, el milagro, el germen de la vida, la inocencia, la esperanza. El pan que puede compartirse como la luz o la herida que amamos. Y, calmar, entonces, el hambre de trigo y la sed de ser queridos.