¡Cómo pueden destruir las palabras!
Hacerte bajar a los infiernos,
ser la mortaja de la muerte,
el amuleto de un dios venido a menos.
Una interrogación en la penumbra.
Un tren sin estaciones.
Una alba sin futuro, una novia sin altar.
Una estrella sin cielo, un camino
sin trayecto ni final. Las horas vacuas
en el reloj de las sonrisas. Hielo
en manos del poeta.
¡Cómo pueden alzar unas palabras!
Hacerte creer en la fe que no profesas,
la suerte que no tienes,
las verdades a medias.
Percibir la muerte como un paso,
imaginar la vida como una coartada,
iluminar un gesto,
enamorar a una lágrima,
redimir un pecado.
Qué desolador, fatuo, mordaz, bendito
poder tienen las palabras.
Cómo te aman y te matan, y, a menudo,
una sola nos basta para ello.
Premiada en II Certamen de Poesía Pueblos Ranqueles Argentina)2009. Pintura de Ángel Compaire.
Guapa!
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog.
Recuerda que puedes mandarme una colaboración cuando te parezca.
Ya sabes dónde estoy.
Besos
Hasta el piso de arriba han llegado tus palabras y aquí se han quedado presas en mi cuaderno.
ResponderEliminarBesos
Mi enhorabuena querida amiga, esta precioso tu blog, así como el poema, un beso.
ResponderEliminarAdrian.
Cuanto miedo tengo a las palabras que pueda decir o mejor dicho cuanto miedo tengo a como se escuchen ciertas palabras.
ResponderEliminarSolo espero que mis tequieros no se escuchen de otra forma que como yo quiero que las escuches