Tarde
de agosto,
en la feria
de Xátiva
Como si de un misterio, una pasión,
unos
labios con nombre de tranvía,
una
esfera detenida, así es
agosto
con su feria ,su promesa
de
unos juguetes nuevos, nuevos brazos.
en
su mirada. Comen algodones
de
azúcar y torrat mientras esperan
esa
hora de las compras, el éxtasis
del
juguete pretendido
en
el territorio de sus sueños,
en
la frágil contingencia de la tarde.
Como si de un milagro, una excepción,
un
albur con traje de etiqueta,
así
viene agosto con su feria.
Las
manos expectantes,
la
ilusión de ser otros cuando lleguen
a
casa y vuelva el invierno
y,
ellos, burlen su rigor
con
la inocencia feliz de sus juguetes.
Nada mejor que la candidez e inocencia de un niño... Lindo poema amiga. Un beso, Paty
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