los tres hermanos cogidas las manos conducen el hilo de la vida.
Pero aún no lo sabían.
La luz del mediodía nos
saluda,
mientras, ajenos al
cristal
miramos ingenuos a la
cámara,
o tal vez a los vientos
de futuro.
Entonces nada sabíamos
del presagio
del hilo por las manos
de chiquillos
como una breve red que
mantuviese
fundida la madurez de
los días.
El sol nos emplaza en
horizontes
diferentes, en vértices
dispuestos
al dolor o la gloria,
pero, nosotros, lo
ignoramos.
La luz del mediodía nos
saluda,
ajenos a ella y a las
prisas,
esperamos el susurro de
los juegos
y le devolvemos la risa
como antorcha,
la voz de la inocencia
como norte.
Precioso amiga, hacer referencia a la inocencia de un mundo diferente, donde no existe decepción, tristeza ni maldad, como lo es el mundo de los niños. Precioso amiga....
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