HORIZONTES CON MANOS DE POETA

A Ana Paz y los hombres y mujeres de la Fundación. Tú y yo lo sabemos. A qué negarlo. Hay orillas impares en el esplendor del mar, cerezas en cálices amargos y sandalias rotas en todas las mañanas. En la penumbra de un labio, En la desnudez de una memoria, por la fractura horizontal de las heridas un niño se consume, una tierra se seca, un pueblo tiembla por no perder su nombre, una enfermedad agosta una mirada. Tú y yo lo sabemos. Y también que hay una luz que dirime las cenizas: Esa esperanza nacida de los dedos que tejen los rotos universos con amor, que enseñan a rimar duelo con beso. Esa que abre la ventana al futuro cuando aunamos el esfuerzo. La que pone rumbo al corazón y al día. Horizontes con alma de poeta, son sumadas nuestras manos.