GABE. Un cuento para tu NAVIDAD



GABE

Gabe se vistió con la precisión de un galán y el desenfado de un bohemio, amén de su exactitud matemática.

Hoy era su primer día de trabajo en la nueva sucursal del banco en la ciudad y quería causar buena impresión.

Sabía que tanto esmero era innecesario porque algo más allá de los trajes y la vestimenta, como su propio porte, su buena educación y su capacidad de empatía, lograban por sí mismas el resultado deseado. Aún así se miró una vez más al espejo, recogió su PDA, las llaves del coche y salió hacía su nuevo destino.

Ciertamente estaba cansado de estar abriendo nuevas oficinas cada escaso tiempo, de tener que despedirse de los amigos que hacía y de cambiar continuamente de cargo en la empresa. No podía hacer memoria ni de cuantos desempeños había tenido en su larga carrera. Sin embargo, pese a los muchos y muchos rumores, siempre había sido fiel a su jefe, le enviase donde le enviase.

En la recién inaugurada sucursal bancaria tenía bajo su responsabilidad a 24 empleados, a los cuales fue conociendo poco a poco en los trece mese que duró su misión allí.
Especialmente a Teresa, una de las cajeras, triste, decaída, pálida, pese al esfuerzo notorio que hacía en arreglarse y optar por colores favorecedores y vivos.
Su amistad, como les digo, dió pie a algunos rumores y no pocas conjeturas, pues se les veía venir e irse juntos del trabajo y era notorio el buen entendimiento que había entre ambos, aunque el abatimiento de Teresa no parecía ceder.
Uno de aquellos monótonos días de octubre, cuando él pasó a recogerla, como últimamente venía haciendo, no obtuvo respuesta alguna de la puntual cajera.

La inmediatez, la intuición y la preclaridad con la que actúo Gabe, salvó a la muchacha de un fatídico desenlace.
El cuidado y cariño con que la ayudó a recuperarse y la disposición inquebrantable que luego le mostró, dejó claro a todos que aquello era una auténtica amistad, tan curativa que acabo por fortalecer a la muchacha. De tal modo que Teresa comenzó a descubrir a Teresa, a confiar en sí misma y tomar un aire tranquilo y sereno que hacía que los vivos colores que tanto le gustaban, la ensalzasen y embelleciesen a la vista de los demás.
Y eso también siguió siendo así después de que Gabe se marchase.

Todos, y al decir todos, quiero decir sin excepción, por uno u otro motivo, lamentaron la marcha de aquel director de la sucursal, tan eficaz, elegante, intuitivo y empático.
Un maravilla de hombre, dijeron de él. Y mucho más, aseguraban, una persona maravillosa, excepcional, un ángel.

Y esto era rotundamente cierto, porque él era el más conocido y reputado de los arcángeles.

Al fin y al cabo, él era Gabriel, Gabe, para los amigos.

4 comentarios:

  1. Todos necesitamos un Gabe o alguien que se fije en nosotros de otra manera.Un placer leerte.
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. ES BUENISIMO. SIEMPRE NECESITAREMOS UN ÁNGEL Y QUE TÚ NOS ESCRIBAS.

    ResponderEliminar
  3. Tu si que eres un angel

    ResponderEliminar
  4. Ójala los Ángeles te acompañen a tí, aunque seas ya un ángel

    ResponderEliminar

SELECCIÓN MUSICAL

ELIGE TU CANCIÓN MIENTRAS VES LAS ENTRADAS DEL BLOG.

http://www.saigonocean.com/nghenhacHoaTau/jukebox.swf

JUKE BOX 60 años de Música

Un excelente hallazgo para los nostálgicos....

Se trata de un juke box que recupera 60 años de música y que te permitirá escuchar las melodías del año de tu nacimiento... o de cualquier otro año entre 1940 y 1999


Haz clic en el año que desees y el juke box te ofrece una selección de 20 canciones del año seleccionado.

1940 1950 1960 1970 1980 1990
1941 1951 1961 1971 1981 1991
1942 1952 1962 1972 1982 1992
1943 1953 1963 1973 1983 1993
1944 1954 1964 1974 1984 1994
1945 1955 1965 1975 1985 1995
1946 1956 1966 1976 1986 1996
1947 1957 1967 1977 1987 1997
1948 1958 1968 1978 1988 1998
1949 1959 1969 1979 1989 1999

Entradas populares