EXPOSICIÓN DE ELÍAS DEL RÍO el 15 de NOVIEMBRE de 2011
LOS DESLICES DEL TIEMPO
Por inaudito que parezca algunas veces
el calendario se distrae entre los dedos.
También puede perderse en las fauces
del dolor, desaparecer entre los besos
de mirada clandestina o de intención
impertinente.
Puede ser que los días se confundan
entre las ropas del último viaje
tal vez del primero, y es posible que pernocten
en el fondo de un baúl de imprecisiones.
Y no hablamos del mal de la memoria,
ni del voluble verano.
Me refiero al lugar donde nos atrapan
los minutos, el aire, una boca,
una necesidad, y por los cuales
rompemos el timón y el ancla del reloj
y convertimos los paisajes en un lienzo,
las horas en un pez escurridizo,
los colores en un nombre;
o, en un río de tristezas navegables.

Por inaudito que parezca algunas veces
el calendario se distrae entre los dedos.
También puede perderse en las fauces
del dolor, desaparecer entre los besos
de mirada clandestina o de intención
impertinente.
Puede ser que los días se confundan
entre las ropas del último viaje
tal vez del primero, y es posible que pernocten
en el fondo de un baúl de imprecisiones.
Y no hablamos del mal de la memoria,
ni del voluble verano.
Me refiero al lugar donde nos atrapan
los minutos, el aire, una boca,
una necesidad, y por los cuales
rompemos el timón y el ancla del reloj
y convertimos los paisajes en un lienzo,
las horas en un pez escurridizo,
los colores en un nombre;
o, en un río de tristezas navegables.

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