LA EXPECTACIÓN DE AGOSTO

Tarde de agosto, en la feria de Xátiva Como si de un misterio, una pasión, unos labios con nombre de tranvía, una esfera detenida, así es agosto con su feria ,su promesa de unos juguetes nuevos, nuevos brazos. Los infantes manejan el tiempo en su mirada. Comen algodones de azúcar y torrat mientras esperan esa hora de las compras, el éxtasis del juguete pretendido en el territorio de sus sueños, en la frágil contingencia de la tarde. Como si de un milagro, una excepción, un albur con traje de etiqueta, así viene agosto con su feria. Las manos expectantes, la ilusión de ser otros cuando lleguen a casa y vuelva el invierno y, ellos, burlen su rigor con la inocencia feliz de sus juguetes.