LAS SANDALIAS DEL PESCADOR

Oh!, mi
niño, niño,
mi niño
de piedras y de barros,de lanzas, de prisas, de serrín.
De caballos de madera con escalas a la gloria,
de boca de fresa, de maíz, de chocolate.
alumno laborioso, aprendiz de virutas,
corazón de canela.
Y
ahora, que no te encuentro,
que me
debato entre la plaza y las calles, el mercado, las puertas, el templo,
te descubro
barquero del honor,
maestro responsable del Edén,
en la espiga de tus doce años,
y sin embargo,
los aires nuevos de la vida te llaman con un fin,
las ganas de crecer te empujan a tu viaje,
la libertad sopla en tu frente.
un niño adulto, un joven niño,
te enfureces con la hipocresía de las gentes,
con la injusticia,
con la servidumbre que magnifica los pecados,
quieres indagar, saber, conocer,
del cosmos todas sus respuestas,
y dejas atrás el traje de inconsciencia
del infante que aún eres
para calzar las sandalias
del pescador que serás.
y padezco y me debato y sé
que te dejaré marchar,
que sufriré y te amaré como nunca
y serás un hombre y serás mi Díos.
la piel de mi memoria,
mi corazón henchido de orgullo
te verán con los ojos simples de una madre:
Oh!! mi
niño,
mi niño
chico, mi niño con túnica de hombre,
mi hombre con alma de inocencia
Para el CC Sagrado Corazón de Arnedo 25 N-2012
¿Por qué crecen los hijos? Y lo que es peor... ¿por qué crecimos nosotros?
ResponderEliminarTiempo,placer y dolor.
Me ha gustado mucho el poema.
Muchas gracias cafeconversos!
EliminarPues eso, pasa que crecemos, como es inevitable,es mejor disfrutar, lo que se pueda, el tiempo y aprender de nuestros hijos.
¡¡ ay! quien pudiera atrasar el reloj por las esquinas.