ACASO VOS LO SABES
en que os amé a medias
como las lunas y las flores de abril.
Acaso porque vos me diste la esperanza
falsa de la noche incipiente
del verano, cuando
el calor presagiaba el fatuo fuego,
y el viento del sur las tempestades.
No pude escribir, ni leer, ni pasear, ni andar
por las horas, ni por las nostalgias,
ni siquiera por el recuerdo de tu cuerpo
varado en las cenizas.
Porque vos, definitivamente vos,
cerraste el libro de secretos, en mis manos,
me dejaste la llave de tu besos
en la amarga mesilla de la noche
y diste portazo no más a esa esperanza.
Clausuraste las huestes de mis manos,
sin previo aviso, ni indulgencia alguna,
sin demandas, sin bondad ni permiso,
sin luciérnagas que amparasen la alegría.
Jana Peiler
Imagen manuelaltez.blogspot.com
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