HUÉRFANOS DE PAN
Me afligen las piedras del mal,
no es nada extraño.
Me extenúan las voces infantiles
hambrientas y dolosas, a la par
que se proclama el fin de la miseria,
el arcoíris de un trabajo de barro
Me corta la respiración
la manta como resto de un hogar
desahuciado por desidias y ambiciones.
Me queman las pestañas y la sangre
ver los trenes con destino al paraíso
y las estaciones huérfanas de pan.
Comentarios
Publicar un comentario