ANTE EL RETRATO DE UNA NIÑA CON SOMBRERO
Esa mirada esquiva a la cámara mantiene
un punto final y una pregunta que descansa
en la frente protegida por el exquisito
tocado blanco con cinta azul,
en armonía con su blanco
vestido de organdí.
En sus seis cortos años hay
una inocencia manifiesta:
su cuerpo frágil, sus manos sujetando
una medalla
y el derroche de promesas que supone
tener todo el tiempo por delante.
Hay un cielo inespecífico en la esquina
de esos ojos que no ven el objetivo,
que fijan su interés en otro lugar,
en otra escena, o simplemente
permanecen en un pensamiento real,
o irreal, más interesante para ella.
Hay una luz oblicua a lo corriente
en esa niña ajena al
fotograma.Del poemario "Como miran las palabras"
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