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Mostrando entradas de enero, 2016

MUSAS

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Todas las musas acudieron a la cita esquivas, diosas, inocentes, y con varios paisajes aprendidos. Por ejemplo el verso en tu mirada, las manos de un niño entre mis manos, tu cintura en el vértigo de mi espalda y aquel beso que vencería la desidia del mudo y su ruindad. Todas las musas se daban cita en esta tarde, todas y todas llevaban la piel de su memoria en la palma de su pluma, el verso inexacto más perfecto. Y todas sabían a sándalo y a miel como tú, como yo. como el corazón arrobado de todos los poetas,

LAS DIEZ REGLAS DE NIETZSCHE PARA ESCRIBIR

Entre el 18 y el 24 de agosto del 1882, Friedrich Nietzsche acuñó diez reglas para la escritura, una especie de manual que pretendía sentar las bases para una expresión escrita correcta, clara y genuina. Este decálogo fue enviado por el filósofo a través de cartas a Lou Andreas-Salomé, intelectual, escritora y psicoanalista rusa, musa de muchos pensadores y artistas de su época, mujer de la que Rainer Maria Rilke y, según algunos, Freud estuvieron enamorados, y a quien Nietzsche hizo su protegida y propuso matrimonio la segunda vez que la vio; ella lo rechazó y su amistad terminó, pero siempre guardó un gran respeto por el filósofo y su obra. Sería precisamente Lou Andreas-Salomé quien, más de 20 años después, publicaría este decálogo tituladoHacia la enseñanza del estilo (Toward the teaching of style). En estas diez reglas podemos percibir un gusto por el aforismo, por los conceptos oscuros, y una vena evidentemente filosófica, en particular cuando Nietzsche habla de la

DIA SOLIDARIO, NIÑOS MUY SOLIDARIOS

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Hemos conseguido vender toda la edición de 20 RELATOS SOLIDARIOS. para EL BANCO DE ALIMENTOS DE LA RIOJA. Escritores, ilustradores, público  y niños solidarios . Un trabajo improbo de Antonio Égido GRACIAS A TODOS

LA ETERNA ESPERA

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Nos sentamos a esperar el sol de la tarde y el del alba, los vientos favorables, los paisajes clandestinos, la luna de abril en la mirada del amante. Esperamos el viento propicio de la suerte, los barcos con escalas en los besos, y las dulces gaviotas del amor. Nadie supo explicarnos que la espera no es un puerto seguro, ni una estación donde paren los trenes con destino al paraiso. Nadie supo decirnos que la tarde alberga los secretos de la noche, y es la noche con su luna y sus fantasmas quien da cobijo al pecado y a la herida, quien pone el paso esperanzado en la frágil convicción del desolado.