MUSAS

Todas las musas acudieron a la cita esquivas, diosas, inocentes, y con varios paisajes aprendidos. Por ejemplo el verso en tu mirada, las manos de un niño entre mis manos, tu cintura en el vértigo de mi espalda y aquel beso que vencería la desidia del mudo y su ruindad. Todas las musas se daban cita en esta tarde, todas y todas llevaban la piel de su memoria en la palma de su pluma, el verso inexacto más perfecto. Y todas sabían a sándalo y a miel como tú, como yo. como el corazón arrobado de todos los poetas,