LA BENEVOLENCIA DEL TIEMPO
Nos amaba el tiempo,nos amaba,
en las moras derramando su fruto
y en la esperanza fértil de la higuera.
Nos sonreía el tiempo,nos sonreía,
entre el rumor de la arena,
en las algas ocupas de la playa,
en las sirenas que eramos sobre
la delgadez de las olas.
Sí,él era testigo de la bendita
complicidad que son nuestras manos
en los columpios de los parques,
en la sala de baile de las calles,
en el color de las buganvilias,
en la tristeza del eucalipto.
Sí,eramos dichosas en aquellos largos días
de un verano inédito a nuestros sueños,
en la palidez del sol cuando nos ve,
en el sol que hacen tus ojos cuando miras.
Era benévolo el minutero,
y clemente el viento,
y todas mis razones se tornaban poemas.
y todos los caminos llevaban a tu risa.
Nos amaba el tiempo,nos amaba.
¡Qué conseguido el clima de nostalgia!
ResponderEliminar¡Qué conseguido ese clima de nostalgia!
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