Como quien se sienta y coge un libro, lo abre, y pasa una, dos, la siguiente página. Así de fugaz pareció transcurrir el tiempo desde que un día, calmamente, llegaste a nuestras vidas. Y tal que en buen libro, al releer, cada nombre, palabra, cada verbo, las frases contiguas, las avatares que juntos construimos, lo que aprendimos, los lazos tejidos, vemos nuestra gran historia. Una historia con sabor a juguetes, a sueños por lograr, a pillas a gominolas, a Spiderman, una con ojos de horizonte con alma de velero para surcar los mares de las horas que nos quedan por llegar.